El gobierno autoritario de Bashar al Assad que junto a su padre gobernaron Siria
casi 60 años fue derrocado por una coalición de grupos yihadistas y rebeldes
anunciaron la creación de una autoridad encabezada por Mohamed al Bashir,
como encargado de intentar formar un gobierno interino que le de gobernabilidad
al país. El régimen de Al Assad fue derrocado, luego de una ofensiva relámpago
de yihadistas y rebeldes, que desorientó a las tropas del gobierno que se
replegaron hasta Damasco, huyendo luego en todas direcciones. El régimen
estaba apoyado por Rusia e Irán.

El expresidente huyó del país refugiándose en Rusia. La tarea es difícil, pues son
muchos los grupos que conformaban el bloque de adversarios de Bashar al
Assad. El encargado ya inicio conversaciones con el primer ministro saliente,
Mohamed al Jalali, con el objeto de lograr una transferencia del poder que evite
que el país entre en una etapa de caos político, social y económico. Las fuerzas
rebeldes tomaron el control del país.
El nuevo gobierno provisional ya inició los trabajos destinados a formar un
gobierno de transición a partir del encuentro entre el ex ministro del régimen de Al
Assad y el líder del principal grupo opositor, el HTS, Abú Mohamed al Golani. Los
grupos rebeldes han suavizado su discurso ofreciendo garantías a todos los
sectores involucrados en el conflicto.
El Alto Mando General de los insurgentes ha dado instrucciones prohibiendo los
ataques contra profesionales de los medios, incluidos los que trabajaban para
medios estatales y “ha advertido que los que violen la norma se exponen a un
castigo de hasta un año de cárcel”. El alto Mando de los rebeldes ha señalado
además que “estamos aquí para construir una nueva Siria que acomode a todos,
sin excepciones”.