Durante el curso del año, el precio del metal rojo subió casi un 18% desde US$ 3,80 al
precio actual de US$4,5 la libra. Este precio supera largamente las proyecciones
hachas por el Ministerio de Hacienda para la presentación de la Ley de
Presupuestos. Para ella, el gobierno proyectó un precio de US$ 3,88 la libra. El
Banco Central, en su Informe de Política Monetaria, publicado en marzo lo fijo en
US$3,85.

Diversos analistas financieros han estimado que el mayor precio del cobre se podría
traducir en un aporte extra para el fisco de alrededor de US$ 800 millones.
Esos mismos analistas estiman que el cobre podría estar experimentando un ciclo
de alza en su precio, relacionado con la demanda para usos en electro movilidad, en
un contexto en que la producción tiene dificultades para cumplir con los planes de
producción. Hay que recordar que el cierre de la mina Cobre Panamá ha reducido
la disponibilidad del metal rojo, generando costos de tratamiento negativos en las
fundiciones chinas.
Hoy el metal, tiene un papel de importancia creciente en el proceso de transición
energética global, se suma a ello, la urgencia de cumplir con los plazos establecidos
para la descarbonización del planeta, la creciente transición hacia fuentes de
energía renovable, y el desarrollo de nuevas tecnologías como vehículos eléctricos,
factores todos, que han aumentado la necesidad de contar con una mayor
disponibilidad de cobre.
En resumen, la combinación de los problemas en la oferta y un aumento en la
demanda debido principalmente a la transición energética han llevado al precio del
cobre a alcanzar niveles impensados y que en este caso, favorecen a la economía de
nuestro país.