El Presidente Boric, a propósito de la aprobación por el
Congreso Nacional de la Ley corta de Isapres señaló
categóricamente: “Nosotros señalamos que nuestra posición
desde un principio era cumplir con el fallo de la Corte Suprema,
proteger la salud de las personas, terminar con los abusos y
evitar cualquier tipo de “perdonazo”.

La Ley corta está destinada a dar estabilidad al sistema privado
de salud y también al sistema público, pues si hubiese
quebrado el sistema de aseguramiento privado, hubiese
colapsado Fonasa, una institución que es incapaz de recibir al
millón setecientas mil personas afiliadas a las Isapres. Y
además, habría tenido que hacerse cargo de las seiscientas mil
personas que se atienden en estas organizaciones y tienen
enfermedades prexistentes.
La quiebra de las Isapres hubiese también desencadenado una
quiebra para muchas clínicas, laboratorios, centros de salud y
cesantía para muchos profesionales del área médica y
empleados administrativos de dichas instituciones.
El Presidente Boric trato, con sus declaraciones, de frenar las
críticas de un sector del oficialismo que señaló que aprobar la
Ley corta era dar un perdonazo a las Isapres, por el largo plazo
otorgado a las aseguradoras para que paguen a sus afiliados,
los valores cobrados en exceso. Los críticos de la Ley corta,
preferentemente del Frente Amplio, señalan además que el
programa de gobierno, planteaba el fin de las Isapres.
Aprobar la Ley corta, significa para ellos, una traición al
programa de gobierno.
La otra ala del gobierno, el Socialismo Democrático, aplaudió la
aprobación de la Ley, que permite que a lo menos en el corto
plazo, los pacientes de las Isapres (dos millones setecientos
mil personas) puedan seguir atendiéndose con cierta
normalidad.