El Cardenal Chomalí inicio su homilía recordando el encuentra que tuvo, meses
atrás, con jóvenes del Instituto nacional. Les llamó a estudiar, estudiar y estudiar.
Solo el estudio, señaló el Cardenal, permitirá lograr la paz que permita el
desarrollo del país. Y desarrollar el alma de Chile. Se refirió luego a diversos
aspectos de la vida en comunidad, los desafíos del país: la delincuencia y el
crimen organizado; la tarea de fortalecer a la familia; fortalecer la infancia; superar
la pobreza; apoyar la vida familiar, fortalecer la educación; fortalecer la fe. Pidió
que la libertad religiosa siga siendo valorada; fortalecer la democracia. Siguió
señalando que la Iglesia seguirá trabajando por Chile, su democracia y los más
pobres del país.
El Cardenal Chomalí hablo del valor de la solidaridad, en que se une el país ante
las calamidades que a veces sufre el país. Propuso que el país se una en torno a
un proyecto de desarrollo del país, para superar la pobreza. La rentabilidad
económica debe estar unida a la rentabilidad social. Se refirió al papel de los
empresarios frente a esta realidad. Llamó a terminar con las listas de espera en
los hospitales.
Llamo cuidar los servicios públicos en transporte, salud, educación, vivienda. El
desafío es construir un proyecto común, un desafío país para superar los
problemas actuales. Dijo el Cardenal que no es tiempo de divisiones extremas.
Señalo que Chile necesita líderes probos. Agrego finalmente: Llegó la hora de
pensar en grande.
La homilía del Cardenal Chomalí fue una brillante exposición de la doctrina social
cristiana y del pensamiento social de la Iglesia.
Al te Deum asistieron los líderes de las iglesias cristianas, el Presidente del
Senado y la Cámara de Diputados; el presidente de la Corte suprema; la
Contralora General de la República; ministros de Estado, candidatos a la
presidencia; y otras importantes autoridades públicas.








