Con la caída del Muro de Berlín y la posterior desaparición de la Unión Soviética,
muchos vaticinaron lo que llamaron “la extinción leninista”. Con ello se referían a lo
que consideraban seria la inevitable desaparición de todos los regímenes de
“socialismo realmente existente”, como se le llamaba entonces. Esto fue de la
mano de pronósticos aún más ambiciosos, como los del “fin de la historia”, en el
título de un libro del politólogo Francis Fukuyama.
Treinta años después, el régimen chino no solo no ha caído, sino que China es
hoy la mayor economía del mundo en términos de paridad de poder adquisitivo (lo
es desde 2014), y se proyecta será la mayor en términos nominales a fines de
esta década. China es también la mayor potencia exportadora y la mayor potencia
manufacturera. Siete de los diez mayores puertos de carga del mundo son chinos
y los cuatro mayores bancos del mundo en materia de capitalización son chinos.
El mayor productor de automóviles en 2021, fue China, con 25 millones de
unidades.
¿Qué ocurrió
Como analizo en mi nuevo libro, XI-NA en el siglo del dragón: lo que todos deben
saber sobre China (LOM), si no entendemos lo que ha llevado a este enorme
progreso de China, que ha sacado a 800 millones de personas de la pobreza en
apenas cuarenta años, y que ha llevado al país a crecer a un 10 % anual por
treinta años consecutivos, algo que ningún economista creía posible para país
alguno, no digamos para uno del tamaño de China, no entenderemos lo que será
el siglo de Asia, con China como su núcleo duro.
Cuatro factores son claves para captar lo que hay tras el “milagro chino”
1) Innovación: Lejos de ser solo buenos para copiar, como se solía decir, los
chinos son buenos para inventar (lo que no debería sorprender, dada su historia
en la materia). Los trenes bala, que llegan a los 350 km por hora, la vanguardia en
el rubro, son prueba al canto.
2) Investigación: Con un 2,5% del PIB asignado a Investigación y Desarrollo,
China solo es superada por EE.UU. en montos gastados en la materia. Huawei
está en la punta de la tecnología 5G gracias a ello.
3) Experimentación: Por increíble que parezca, en China se hacen experimentos
con las políticas públicas. Ellas son “testeadas” a nivel local y provincial antes de
ser aplicadas a nivel nacional.
4) Meritocracia: Antes de llegar a su cargo actual, el Presidente Xi Jinping ocupó
17 cargos gubernamentales distintos. El cedazo para llegar a los altos cargos es
muy fino y riguroso, y la evaluación de cuadros, muy estricta. Nada de esto
significa que China no tenga problemas. Los tiene y muchos, y su declinar
demográfico tal vez sea el más serio. Pero es clave entender las políticas públicas
que la han llevado a su actual sitial. Hay una lección allí, para todos aquellos que
quieran verla.