Una excesiva fragmentación favorece el surgimiento de caudillos así como dificulta la toma de grandes acuerdos. Diversos analistas políticos y centros de estudio, han venido señalando que lo anterior constituye un vicio que es necesario erradicar de la política nacional. Señalan que una manera concreta de lograrlo, es colocar un umbral de un 5%: como votación mínima para acceder al Congreso.

 

Esta idea fue captada por la comisión experta que incluyó en el anteproyecto de nueva Constitución un mínimum de un 5% de la votación partidaria para tener representación parlamentaria. La idea es, que se termine la fragmentación que hoy existe, obligando a los diversos partidos a agruparse por ideas o ideologías. La medida obligaría a fortalecer a las colectividades políticas y poner fin a la actual fragmentación.
De aprobarse este umbral, desaparecerían entre otros: Convergencia Social (que es el partido del actual presidente); la Democracia Cristiana, el Partido por la Democracia; Revolución Democrática; Evópoli y el Partido Conservador Cristiano.
La iniciativa es vista con buenos ojos por diversos sectores, ya que ayudaría a reducir la alta dispersión que hoy existe en el Poder Legislativo, que dificulta la adopción de grandes acuerdos y lo peor, otorga un poder ilimitado a los jefes de los pequeños partidos promoviendo un caudillismo que le hace mal a la democracia.
Pepe Auth, ex diputado y actual analista electoral, ha señalado que la idea “no perjudica ni beneficia a ningún sector en particular. Lo que hace, es incentivar la formación de partidos grandes y que aquellas pequeñas fuerzas políticas que sólo se explican por sus caudillos o por un grupo altamente ideologizado, se vean obligados a converger en grandes partidos”. Por ejemplo, el FA con esta norma se vería forzado a constituirse como partido y el PPD, PS, PR y, eventualmente la DC, podrían converger a la formación de un partido socialdemócrata moderno. Lo mismo la UDI, RN y Evopoli, qué hace rato ya debieron ir a la formación de un Partido Popular a la española”.
Finalmente Pepe Auth, señala que “lo que hace esta norma es reducir la fragmentación excesiva, alentar la formación de partidos grandes que representen las grandes corrientes y no como ahora, la preservación del control por parte de algunos caudillos o grupos. Por supuesto debe ser complementada esta medida con exigencias de funcionamiento democrático de los partidos, como elecciones internas reguladas por el Servicio Electoral y primarias obligatorias para elegir sus candidaturas a cargos de elección popular”.