Boric, en una entrevista con un medio europeo, se refirió a los dichos de Andrés Velasco, ex ministro de Hacienda, quien declaró que el mandatario debería entender que los chilenos no quieren derrocar el capitalismo, sino que quieren arreglarlo. Boric respondió señalando que “parte de mí” quiere derrocar este modelo y que es algo que “está en disputa, en una disputa permanente”.
El economista Sebastián Edwards, intervino en el debate, señalando en una carta al diario El Mercurio que: “el Presidente critica al capitalismo pero no indica qué modelo o a qué país quiere seguir”. Después, agregó el economista, que había recurrido a Chat GTP para enterarse de qué países en el mundo no tenían el sistema capitalista y la aplicación le había señalado, entre otros a: China, Venezuela, Corea del Norte y Cuba.
Luego Edwards se preguntó si son esos países los que le gustaría emular, y solicitó que Boric explique lo que quiso decir. El economista agregó: “lo encontré cómico. Es como un niño de octavo básico. Es sorprendente que el Presidente, que es alguien culto, preocupado de temas profundos y de la discusión académica, salga con esa idea tipo viejito pascuero, y que desconoce el desarrollo de la historia de los últimos 25 a 40 años a nivel mundial, es raro. Pero raro dentro de la categoría cómico”.
Finalmente Edwards señaló: “desde el año ’89, con la caída del Muro de Berlín, es que hay un modelo, y ese modelo es el capitalista, que tiene distintos tonos de gris. No veo que haya un movimiento en Chile en prácticamente ningún nivel que diga que el Estado tiene que ser dueño de la gran mayoría de los medios de producción, que era lo que sucedía hace 60 años, que había dos opciones: de un lado de la cortina de hierro y del otro lado de la cortina de hierro”.
En esta línea, Edwards insistió en que se trató de un acto “desafortunado” del Presidente Boric, y que “no se condice con alguien que parece haber madurado en el puesto y que empieza a entender, como lo dijo en su clase magistral en París, que una vez que uno está en el poder es mucho más complicado y que no es tan simple como los manuales de economía política para enseñanza media, que esa es la manera en que han estado actuando hasta ahora”.
Esto, para Edwards, “confirma el hecho de que hay un cierto aire juvenil, poco profundo, y a quien le hace daño es a los ministros que tratan de justificar lo que simplemente fue una frase al boleo y no muy feliz”.