Las leyes internacionales y la jurisprudencia que se ha ido estableciendo en los
casos de guerra entre países, han señalado que existe el principio de
proporcionalidad, esto es, que frente a un ataque realizado por el país atacante, el
país atacado debe responder de manera proporcional al ataque recibido.

Principio de proporcionalidad: Actualmente, el principio da una mayor prioridad
a la ventaja militar por sobre el daño civil. Tampoco consideran cifras
comparativas de muertos o heridos ni la ventaja militar de un ataque, la naturaleza
de la amenaza que enfrentan, los medios existentes para contrarrestarla y qué
medidas factibles pueden tomar para reducir el daño previsto a los civiles y a la
infraestructura civil.
Lo anterior se conoce en círculos diplomáticos y académicos como el principio de
“proporcionalidad”, que según los analistas de asuntos internacionales, es
profundamente imperfecto, porque equilibra cosas en esencia incompatibles.
Señalan dichos analistas, que cada ataque debe juzgarse por separado, para
decidir si está o no, dentro de los límites de un acto de guerra legal.
Los crímenes de Hamás: El hecho de que Hamás – una organización terrorista
según occidente – invadiera Israel y matara a unas 1200 personas y tomara como
rehenes a 240 personas más generó la respuesta de Israel tomó represalias por la
fuerza. Las imágenes de la TV que muestra el bombardeo de la Franja de Gaza y
la gran cantidad de muertes que según algunas agencias internaciones llega las
16 mil personas fallecidas, entre ellos civiles, hombres, mujeres y niños  ha
causado un sentimiento de indignación en el mundo árabe y en muchos países del
mundo occidental.
Respuesta Israelí: Esa indignación ha llevado a la gente a preguntarse sobre la
legalidad de la represión israelí. Obviamente que no se trata de equilibrar de forma
justa las cifras de muertes en ambos lados del conflicto. Se trata de lograr
determinar si, en el momento en que se toma la decisión de lanzar cualquier
ataque, la ventaja militar esperada supera el daño previsto a los civiles una vez
que se tomen medidas viables para reducirlo.
No existe un consenso sobre cómo hacer tal comparación. Los hechos en una
guerra no son claros. Por ejemplo, los ataques israelíes en contra de hospitales y
escuelas. Al respecto cabe preguntarse: ¿Se utilizaron esos edificios con fines
militares y se enviaron las advertencias adecuadas antes de efectuar el ataque?
¿Qué medidas ha tomado Israel lo suficiente para proteger a los civiles? Los
observadores del conflicto, los analistas internacionales, los diplomáticos, los
funcionarios de las Naciones Unidas y organizaciones de derechos humanos han
señalado que la respuesta es “no”. Algunas organizaciones han pedido investigar
la posible existencia de crímenes de guerra. Pero las muertes de civiles son una
cuestión política, no legal, Las cifras de fallecidos en Israel y la Franja de Gaza es
una tragedia para la humanidad. Es necesario que nos preguntemos: ¿Por qué
murieron? ¿En qué circunstancias?
Gravedad del conflicto: El gobierno de Israel señala que alrededor de 1200
personas murieron y 240 fueron tomadas como rehenes en los ataques terroristas
realizados por Hamás el 7 de octubre. Las autoridades de Hamas por su parte,
han señalado que los ataques israelíes causaron la muerte de más de 15 mil
gazeties, causando además más de 25 mil heridos. Las cifras anteriores
demuestran que el conflicto es el más grave que ha ocurrido entre Israel y la
Franja de Gaza. Demuestran así mismo que no ha existido la proporcionalidad que
mencionamos al inicio de este artículo.
Hay que señalar que en los bombardeos al campo de refugiados de Jabaliya, en el
norte de Gaza, que mataron a cerca de 200 personas, fueron anunciados por
Israel señalando que sus objetivos eran legítimos.
Portavoces del ejército israelí, señalaron que el objeto de los bombardeos era
inutilizar la extensa red de túneles debajo de los edificios del campamento. Los
funcionarios israelíes señalaron que la red de túneles había socavado la
estabilidad de los cimientos y que las bombas y explosiones secundarias habían
derribado los edificios residenciales. La pregunta que se hacen los analistas
internaciones es: ¿Israel tuvo este hecho en cuenta?
Estándares de proporcionalidad: Los funcionarios israelíes han venido
señalando que sus estándares de proporcionalidad se han mantenido constantes
en este conflicto. Señalan además que hay abogados en casi todas las unidades
militares, revisando la legalidad de cada ataque y asesorando a los comandantes
sobre la legalidad de los objetivos y las armas que se utilizarán. Ellos evalúan los
esfuerzos del ejército para advertir a los civiles y el daño estimado a los no
combatientes. Si los abogados consideran que un ataque es ilegal, los
comandantes deben cancelarlo. Los oficiales israelíes han señalado que los
críticos no ven que esta guerra se está librando para garantizar la existencia de
Israel, pero se desarrolla considerando los parámetros del derecho internacional.
Señalan que un objetivo prioritario de Hamas es destruir el Estado de Israel y
bloquear cualquier resolución pacífica del conflicto.
El gobierno israelí es enfático en señalar que la existencia del Estado de Israel
esta en juego y que se está luchando por su futuro y por permanecer en esa tierra.
El gobierno señala que la visión del mundo es unilateral. Y que Hamás aumenta
deliberadamente las bajas civiles y utilizar sitios civiles como hospitales para
lanzar ataques y ocultar combatientes. Observadores militares acotan que no hay
una forma efectiva de que Israel – con sus bombardeos – no cause daños
colaterales a la población civil palestina.
Reputación Israelí: El gobierno israelí ha reconocido el daño a su reputación que
están causando los bombardeos y la incursión militar en la Franja de Gaza, pues
ven que ellos han aumentado la condena de los organismos internacionales. Han
señala, eso sí, que a Israel se le está exigiendo un estándar más alto que a
Hamas, que ha violado numerosas leyes de guerra, incluido el uso de civiles como
escudos humanos. Sostiene el gobierno israelí que Hamás debe respetar las
reglas de la guerra. Y también el derecho internacional humanitario. Señalan que
“El derecho internacional humanitario protege a las víctimas del conflicto armado y
serán víctimas sin importar de qué lado estén”.
Conclusión: La guerra, tiene un conjunto de reglas que deben respetarse. Entre
ellas la “proporcionalidad” y la “discriminación”. Dos elementos que determinan la
proporcionalidad. El primero es la legalidad de la campaña general, que debe
corresponder al tamaño de la amenaza. Dada la naturaleza de los ataques del 7
de octubre, Israel tiene un derecho a la autodefensa que puede incluir el objetivo
militar de destruir a Hamás. El segundo elemento de la proporcionalidad juzga
cada ataque en su propio mérito.
El otro principio es la “discriminación”. El ejército debe atacar solo objetivos
militares y combatientes y debe intentar evitar atacar a los civiles. Determinar lo
anterior, es especialmente difícil en la guerra de guerrillas urbanas. Los
combatientes de Hamas, viven entre la población civil y se refugian allí.
La organización Human Rights Watch ha señalado que es difícil evaluar la
proporcionalidad sin una investigación fáctica detallada. Sostiene – eso sí – que el
uso de armas poderosas en barrios poblados y los ataques a hospitales donde se
refugian civiles “plantean serias interrogantes” sobre si Israel ha cometido
crímenes de guerra.
La reacción israelí a los ataques del 7 de octubre ha conseguido que la población
esta privada de alimentos, agua, combustible, electricidad y suministros médicos.
Según la organización ya citada ha señalado: “no consideramos que privar a toda
una población civil de bienes esenciales para su supervivencia sea compatible con
el derecho internacional humanitario”. Los hospitales están protegidos por la ley
internacional y la carga de la prueba recae sobre Israel que debe demostrar que
Hamás los había convertido en objetivos militares. Finalmente, las autoridades
israelíes han señalado: “la regla de la proporcionalidad es una regla muy mala,
porque es la ecuación definitiva de comparar peras con manzanas”. No existe
ninguna métrica que pueda ser el denominador común para calcular la ventaja
militar frente al daño civil”.