Para el Partido Comunista de Chile (PC), “el proyecto popular empujado por la izquierda chilena (año 1970) no fue un hecho episódico”, sino la continuación de “una senda que, tempranamente”, -antes que la Unidad Popular conquistara el poder-, “las fuerzas de izquierda nacionales definieron como “la vía chilena al socialismo”. Sus dirigentes actuales han recalcado que “se trata de un proyecto inconcluso, que (otros) sólo pudieron detener en la historia de Chile, temporalmente con un golpe de Estado”…. (”50 años. El Manifiesto del Partido Comunista”, diario El Siglo, 7 de septiembre de 2023)

Este Manifiesto adobado especialmente para complacer el paladar de su militancia obsecuente predispuesta a tragarse cualquier versión jerárquica, contiene una reseña breve de la participación del PC en el acontecer social y político. Desde un enfoque auto-referencial se sostiene que el partido ha sido víctima de acciones y métodos provenientes de la oligarquía, de la derecha y del imperialismo norteamericano. En dicho documento se hace además una apología del gobierno de Salvador Allende y del programa de la Unidad Popular.
Para tranquilidad de analistas y comentaristas este Manifiesto no solo es pobre en argumentos, también lo es en la forma, de manera que si usted no ha tenido acceso al mismo, sepa que no se ha perdido algo valioso. Lo que sí confirma este documento mal concebido, es que el Partido Comunista continúa transitando por el ayer, como si la historia se hubiera atascado definitivamente.
Los jerarcas y militantes comunistas tienen derecho pleno a manifestar su pensamiento y a difundirlo del modo que mejor les parezca si con ello favorecen sus objetivos estratégico-ideológicos, pero no debieran olvidar que la ciudadanía es muy perspicaz a la hora de olfatear el rastro fétido del rencor, de la mentira y de la falacia. Las señales indican que no es conveniente correr para llegar antes, ni apresurarse a vaticinar el arribo al paraíso prometido, ese que hasta ahora solo es posible visualizarlo en los escritos de Engels, Marx, Lenin, Gramsci, Foucault, Althusser, Harnecker, Laclau, Mouffe y uno que otro teórico joven, esos que todavía se inspiran leyendo a los viejos ortodoxos y a sus seguidores contemporáneos.

La influencia académica perturbadora
Desde mediados de los años sesenta dicho país ha estado bajo la influencia perturbadora de una casta especial de académicos de las escuelas universitarias de ciencias sociales que derivaron en padres ideológicos de engendros como el Movimiento de Acción Popular Unitaria, la Izquierda Cristiana, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria y otros. Estos mismos profetas falsos intervinieron coetáneamente en la debacle política e institucional, guarecidos y forrados en confortables reductos internacionales o en acogedoras oficinas del aparato estatal. Son esos que uno de ellos denomina “profetas desarmados”, en su propósito por blanquear el trabajo silencioso de quienes han sido avales obscenos de una violencia revolucionaria calificada como “política de rebelión popular de masas”.
¿Cuánto mal han causado con sus formulaciones híbridas de marxismo y cristianismo? Si usted les preguntara por su responsabilidad como autores o partícipes, -salvo excepciones-, no se muestran muy predispuestos a reconocer el fracaso del proyecto fatal. Su respuesta unánime es: “el proyecto revolucionario socialista está inconcluso”. Es decir, es la misma explicación que difunde el Partido Comunista entre el rebaño dócil de sus huestes.

La advertencia de Carmona
Lo que está claro es que el PC está por reemprender sin asco el proyecto trunco conocido. Su secretario general Lautaro Carmona declaró en los medios: “no sé si alguien ha estudiado algún proceso de tanta presión, de tanta insatisfacción, que sea por la vereda y lleno de flores. Ni la revolución francesa”. La advertencia cínica de Carmona no es nueva. (Agencia Uno y radio “Biobío”, 19 de agosto de 2023)
¿Si no es por la vereda democrática, por dónde será? ¿Por la vía armada? ¿Hasta dónde está dispuesto a confabular el PC? Si Lautaro Carmona aspira a ser la reencarnación de Guillermo Teillier que lo diga de una vez, sobre todo para sepan a qué atenerse quienes tienen certeza de que la conducción del gobierno vigente está en manos de la colectividad que él conduce. El tiempo le ha sido particularmente propicio al PC: entre 1948 y 2023, de Gabriel a Gabriel, ha logrado posiciones inimaginables en un país que todavía zigzaguea buscando su destino.