Nicolás Maduro, el presidente autoritario y socialista de Venezuela, enfrentará este
fin de semana su desafío electoral más importante desde que asumió el cargo.
Deberá enfrentar la elección presidencial de la cual depende el futuro de la
democracia venezolana.
Venezuela tiene hoy un régimen autoritario donde no existe la separación de
poderes, no hay prensa libre, se persigue a los opositores, ocho millones de
venezolanos han migrado del país y su economía está en el suelo: la inflación en
Venezuela es una de las más altas del mundo, comparable con la que vivió Chile
durante el gobierno de Allende.
Estas son las primeras elecciones las que el candidato de la oposición Edmundo
González tiene una real posibilidad de ganar, apoyado por la lideresa venezolana
María Corina Machado que fuera impedida de postular al cargo a través de
resquicios legales impuestos por el gobierno.
Venezuela era un país rico y desarrollado. Tiene las mayores reservas de petróleo
del mundo, que con un régimen democrático y con profesionalismo en la gestión
de gobierno, le permitiría recuperarse del colapso económico por el que hoy
atraviesa.
Sin embargo, los analistas internacionales ponen en duda que la elección sea libre
y democrática, pues el gobierno de Maduro ha hecho todo tipo de maniobras
fraudulentas para impedir el triunfo de González, que – según las encuestas –
debería ganar la presidencia.
Maduro, controla el poder legislativo, el ejército, la policía, el sistema judicial, el
consejo electoral nacional, el presupuesto del país y gran parte de los medios de
comunicación y a los violentos grupos paramilitares que operan en todo América
latina persiguiendo a los opositores. Hay que recordar que fueron los integrantes
de uno de dichos grupos los que secuestraron y asesinaron en Chille al teniente
Ronald Ojeda, exiliado en nuestro país violando la soberanía del Chile.
La amplia mayoría de los venezolanos que están exiliados en el extranjero no
pueden votar en estas elecciones debido a las restricciones que impuso el
gobierno. Muchos analistas internacionales – conociendo las manobras
fraudulentas que efectúa el gobierno socialista, temen que Maduro no acepte los
resultados si pierde la elección presidencial.