El Fondo monetario internación pronostica en su último Informe – para
2023 – un crecimiento de 0,2 puntos porcentuales más alto que el
vaticinado en la edición de Perspectivas de la economía mundial de
octubre de 2022, pero inferior a la media histórica (2000–19) de 3,8%. La
subida de las tasas de interés de los bancos centrales para combatir la
inflación y la guerra de Rusia en Ucrania continúan lastrando la actividad
económica. La rápida propagación de la COVID-19 en China frenó el
crecimiento en 2022, pero la reciente reapertura ha desbrozado el
camino para una recuperación más veloz de lo anticipado. Se prevé que
la inflación mundial disminuya de 8,8% en 2022 a 6,6% en 2023 y a 4,3%
en 2024, niveles aún superiores a los observados antes de la pandemia
(2017–19) de alrededor del 3,5%.

La balanza de riesgos continúa inclinada a la baja, pero los riesgos
adversos se han moderado desde la publicación del informe WEO de
octubre de 2022. Entre los riesgos al alza, son plausibles un impulso más
fuerte de la demanda reprimida en numerosas economías o una caída
más veloz de la inflación. Entre los riesgos a la baja, una evolución
sanitaria severa en China podría frenar la recuperación, la guerra de
Rusia en Ucrania podría intensificarse y un endurecimiento de las
condiciones mundiales de financiamiento podría agudizar las tensiones
por sobreendeudamiento. Los mercados financieros también podrían
redeterminar súbitamente los precios en respuesta a novedades
adversas en cuanto a la inflación, en tanto que la fragmentación
geopolítica podría frenar el progreso económico.

En la mayoría de las economías, ante la crisis del costo de vida, la
prioridad sigue siendo lograr una desinflación sostenida. Con condiciones
monetarias más restrictivas y un menor ritmo de crecimiento que podrían
incidir en la estabilidad financiera y de la deuda, resulta necesario recurrir
a herramientas macroprudenciales y afianzar los marcos para la
reestructuración de la deuda. Al acelerar la vacunación contra la COVID-
19 en China se protegería la recuperación, con efectos secundarios
positivos a escala transfronteriza. El apoyo fiscal debe focalizarse mejor
en los grupos más afectados por la carestía de los alimentos y la energía,
y deben retirarse las medidas de alivio fiscal de amplia base. La
cooperación multilateral más estrecha es esencial para preservar las
ventajas del sistema multilateral basado en reglas y para mitigar el
cambio climático limitando las emisiones y promoviendo la inversión
ecológica.