Por Nelson Hadad Heresy

Ecuador vive una de las mayores crisis de violencia en su historia. Los
asesinatos masivos, fugas, motines en las cárceles, asalto a un canal
de TV, explosiones en lugares públicos, enfrentamientos de bandas
armadas han elevado el clima de inseguridad en toda la población.
Según el informe de la BBC , la tasa de homicidios por cada 100.000
habitantes subió en más de un 300 % en el país.

Ecuador se encuentra capturado por el crimen organizado y el
narcotráfico con vínculos con los carteles de Colombia, Perú y Bolivia
y con el Cartel de Sinaloa de México y se ha convertido en un centro
vital de tráfico de drogas a nivel regional e internacional con tránsito
hacia Europa y Estados Unidos.
El presidente Daniel Noboa declaró primero “Estado de Excepción
Constitucional “y posteriormente “ un conflicto armado Interno “ en un
estado de pre guerra civil, desplegando a las Fuerzas Armadas que
han tomado el control del país, que pueden afectar las garantías
constitucionales en su endémica debilidad de su orden democrático e
institucional.
Los hechos descritos constituye una señal de máxima alerta para
enfrentar a una nueva organización criminal que actúa a nivel regional
que afecta también a Chile y que debe interpelar la conciencia moral
de todos quienes estamos comprometidos con la democracia y la
vigencia del Estado de Derecho en América Latina.