-¿Cuál es su opinión sobre la salida de Patricio Fernández como delegado presidencial de los 50 años del Golpe?
-El Presidente le iba a dar un tono de reflexión al aniversario, donde se admitían diversas voces. Y eso no gustó a los amigos del discurso oficial y sobre todo del Partido Comunista. A diferencia del 2003 y el 2013, en que dominó una sola interpretación, ahora hay más discusión. Pero va ir in crescendo hasta el 11 de septiembre.
-Una de las cosas por las cuales salió Fernández es por el tema de si es justificable o no el golpe. ¿Usted cree que sí?
-A ver, no es justificable, pero al mismo tiempo tampoco se justifica usar los medios democráticos para construir un modelo no democrático, aunque se le llame una democracia profundizada. El marxismo chileno había sido capaz en los 50 de convivir en el sistema institucional. Eso fue cambiando a fines de los 60.
Pero al llegar al poder, estaban condenados a realizar su programa: una transición al socialismo. Que era un socialismo del modelo soviético y de alguna dictadura radical del tercer mundo, como la argelina, que le fascinó a la izquierda chilena. Era una dictadura militar, dicho sea de paso. La UP tenía que crear una crisis de la democracia cuya resolución fue la intervención militar, el golpe que a su vez creó una tremenda crisis en el país.
-Usted cita a Mario Góngora, que dice que el 11 de septiembre es la fecha más decisiva de la historia de Chile. ¿Usted está de acuerdo?
-Eso lo dijo en una entrevista que dio en los años 70. A don Mario le pareció exagerado el bullicio que generó. Algunos lo criticaron que esto era como hacer un halago al gobierno militar, pero ha sido cierto en alguna medida: es la fecha sobre la cual más se sigue discutiendo incluso 50 años después. La Guerra Civil del 91 a los pocos años estaba olvidada. Para qué digo las guerras civiles de la década del 50, del 29, 30, del siglo 19, que no fueron muy discutidas después.
-¿En cambio esta sí?
-Claro. Mi idea es que en gran medida eso se debe a que el fenómeno Allende/Pinochet hizo de Chile un foco mundial. Y sigue pesando sobre el país. Al final esa afirmación de Don Mario no estaba tan equivocada mirándola de esa manera.
-Usted cuenta en su libro que toda visión socialdemócrata era rechazada por la izquierda chilena.
-Absolutamente. Desde la década del 50, decir socialdemócrata era un insulto. Los dirigentes de izquierda hablaban “en marxismo”, como me gusta decir. La Juventud Radical competía en izquierdismo con el MIR. El Mapu, que debía ser la izquierda de la DC, se fue a la extrema izquierda. Y la Izquierda Cristiana era radicalmente marxista y quería acelerar el proceso, etcétera. Todos hablaban en marxismo. No había otra cosa. Y Allende creía en eso. Pasa que Allende era un gran táctico, pero la táctica se le agotó en un momento dado.
-¿Cuándo?
-De a poco. Porque no logró crear una mayoría que le permitiera un cambio institucional. La única vez que tuvo una mayoría absoluta fue en las elecciones municipales de abril del 71. Después el 73 tuvo un resultado a medias, más que nada porque la derecha dijo que iba a tener los 2/3 de la oposición y no fue así. El resultado fue bastante lógico: una clara victoria de la oposición en un país polarizado. Había dos países, no una inmensa mayoría contra una minoría.
–Había una admiración a Fidel Castro y la vía armada. ¿Era un modelo para la UP?
-Absolutamente. Había tres modelos internacionales para la izquierda: la Unión Soviética, la Cuba de Castro, y el régimen de Alemania Oriental comunista, que Allende defendía mucho. Incluso defendió públicamente el Muro de Berlín.
-En el libro de Patricio Aylwin hay varias declaraciones de ministros o dirigentes de la UP promoviendo la dictadura del proletariado.
-La maquillaban como una democracia popular. Y eso no era nada de tranquilizante para la oposición. Por eso surgió la idea de que las Fuerzas Armadas eran las únicas que podían detener el proceso. Finalmente esta conciencia fue entrando de a poco en los cuarteles.
-Si Allende hubiera llamado a un plebiscito en septiembre, ¿se habría superado la crisis?
-No creo que Allende hubiese llamado a un plebiscito para evitar el Golpe. Ese es un cuento que se creó después.