Por Cristian Lomakin
Cuando escribimos la primera parte de esta columna, la elección no estaba
resuelta. Por eso, la llamamos la (posible) Argentina de Milei. Hoy, el resultado ya
está, y para los que creemos en la libertad económica, tuvo sabor a dulce de
leche. Quedará para la historia, que el libertario se impuso en 22 de las 25
provincias y la CABA, con 12% de ventaja en el global. Es probable que el hastío
con el modelo kirchnerista, con sus promesas incumplidas, con su inflación y su
corrupción, fue, en gran medida, responsable del resultado.
Hoy, las Provincias Unidas del Rio de la Plata, se encuentran en una nueva
encrucijada, de su tumultuosa historia. De Virreinato poco significativo, pasaron,
en un siglo, a ser uno de los países más ricos del mundo, después de la Primera
Guerra Mundial. De la mano de una política de inmigración bien concebida, de
una política monetaria conservadora (patrón oro), de una apertura comercial
selectiva, pero relevante, de algunas políticas publicas bien ajustadas, y,
sobretodo, de respeto a la propiedad. Para luego empezar una lenta decadencia,
bajo un sistema político de signo opuesto: estatismo, intervencionismo, impuestos
altos, a todo lo que surgiera, y arrogancia para persistir en los errores. No fueron
solo los peronistas. A la larga, se sumaron sus opositores radicales, y los militares,
dando golpes de estado, que no hicieron diferencia en la trayectoria económica.
Se agredió a un vecino, se desafió a una de las grandes potencias militares del
mundo, se cometió default, no una, sino varias veces. Solo el sobresaliente
deporte argentino, mantuvo los espíritus en alto.Cinco reformas monetarias después, la inflación sigue, destruyendo los ahorros de
quienes aún insisten en hacerlos (muy pocos). Los mercados de capitales están
parcialmente destruidos, la conexión con el mundo exterior, casi inexistente, La
Argentina de hoy tiene uno de los peores rankings de créditos en el mundo. La
agricultura, otrora joya de la corona, hoy no alcanza para alimentar el país. Por
todo eso, gano “el loco” Milei.