El Presidente Boric entregó su última Cuenta Pública ante el Congreso Nacional.
Ella, sin embargo y contra todos los pronósticos, no entregó mayores luces sobre
las medidas que el país necesita para lograr crecer a un ritmo superior al exhibido
hasta ahora. Que por cierto, condena al país a la mediocridad.
El crecimiento, señaló el Primer Mandatario, es fundamental para el país y sobre
todo para los sectores más postergados. Sin embargo, sus palabras sonaron
vacías, pues en la Cuenta Pública no hubo anuncios importantes que hubiesen
permitido a la gente, ver que existe un real compromiso de impulsar la actividad
económica.
Chile ha venido creciendo en los años del mandato del Presidente Boric, en torno
– en promedio – al 2%, que es insuficiente para lograr que la gente pueda vivir un
poco mejor. Sabido es el dramático problema por el cual pasa el sector
inmobiliario, donde hay un déficit de alrededor de 600 mil viviendas y
paradójicamente, hay 100 mil viviendas, entre casas y departamentos, que no se
pueden vender, por el escaso poder de compra de quienes necesitan una vivienda
propia. Los anuncios del Presidente Boric, en este problema, fueron débiles.
Diversos personeros del sector gremial, sostuvieron que la Cuenta Pública fue
meramente política. Señalaron que existe un mercado laboral muy debilitado y
una inversión privada estancada, que impiden la creación de empleo. Agregaron
que la permisología sigue ahogando los diversos proyectos de inversión que están
paralizados, razón por la cual los analistas esperaban medidas concretas que
permitieran superarlas, aunque fuese en parte.
Se esperaba que el Presidente entregara los lineamientos de una política concreta
para agilizar la gestión administrativa de varios servicios públicos que con su
inacción frenan el desarrollo de los proyectos. Ellos son: el Servicio de Evaluación
Ambiental, el Consejo de Monumentos Nacionales y las Direcciones de Obras
Municipales. Nada señaló el presidente al respecto.
En cambio, Boric volvió a dar señales que generan incertidumbre en el sector
privado, como el cuestionamiento al modelo económico o la insistencia en plantear
la necesidad de avanzar en la negociación ramal, planteo que ignora la realidad de
las empresas chilenas, en especial las PYMES.








