En Chile sabemos que Argentina es un país riquísimo. El octavo país del mundo en territorio, con 2,7 millones de kilómetros cuadrados. Estirándose desde la frontera con Paraguay y Bolivia, hasta el canal de Beagle (que compartimos) Argentina es, como Chile, un país de múltiples climas y paisajes. Pero, además, es un país de lluvias frecuentes, pastos generosos. Un paraíso mundial para la agricultura extensiva y ganadera, una característica que hace un siglo, la puso en el mapa de la riqueza mundial. Pero una funesta decisión tomada a mediados del siglo pasado, y las políticas demagógicas y erráticas que vinieron después, lograron lo imposible: Que el país que hace 60 años, se pensaba que jamás seria pobre, finalmente lo fuera .En la Argentina de hoy se pasa hambre y cerca del 40 % de la población vive en extrema pobreza. Un absurdo si se considera que, desde el punto de vista técnico, territorio argentino da para alimentar a más de 100 millones de personas.
El caso Argentino permite extraer numerosas lecciones. Por un lado, que la llamada América Latina, no está condenada a la pobreza eterna. Con buenos gobiernos, puede llegar a tener países prósperos y solventes. Como Argentina lo fue, hasta mediados del siglo pasado, y como Chile también lo fue, particularmente en la década de 1990. Otra conclusión, que emana de las lecciones de la teoría económica del comercio internacional, es que un país esencialmente exportador, pierde su riqueza si es que anula sus ventajas comparativas. La sustitución de importaciones y el castigo tributario a las exportaciones, siguen hasta hoy, alimentando permanentes déficits en las cuentas externas, endeudamiento excesivo y mega devaluaciones. Una tercera conclusión, es que la teoría monetaria es válida. Argentina ha pretendido mantener un equilibrio macro, con un déficit de gobierno superior al 30% del PIB, en forma permanente. Ha cubierto la diferencia con emisión monetaria. El resultado es inflación galopante, y aceleración de la velocidad de circulación del dinero. Desde 1970 a la fecha, Argentina ha tenido seis reformas monetarias (para comparación, Chile en el mismo periodo solo ha tenido dos). Subsiste una pregunta. ¿Porque una economía tan evidente mente des contrapesada, subsiste por más de medio siglo, con un equilibrio perverso? ¿Alguien recuerda que en la década de 1920, Argentina era solvente, estable, y superaba en riqueza efectiva, a países como Canadá, Italia o Alemania? Esa es una pregunta que intentaremos responder en las siguientes columnas. Solo queda decir que si Argentina quisiera tener el nivel de ingreso que tuvo cuando estuvo en las grandes ligas, su producto interno bruto debiera ser 2,7 billones de dólares, en vez de los 487,2 mil millones actuales. Funciona a menos de un cuarto de su capacidad potencial. La diferencia anual, entre ambas cifras, se puede tomar como una estimación de la perdida que la adscripción a deficientes doctrinas económica, le han producido al país. Los intentos por cambiar la trayectoria decadente, hasta ahora, han fracasado. Se ve difícil, incluso para Javier Milei.