Por Renato Ahumada Cabanne
Director ElCordillerano.cl
La Democracia Cristiana es un partido de inspiración humanista cristiana que
nació para ser una alternativa democrática, popular y progresista a las ideas
marxista leninistas del Partido Comunista. Esta posición política, le permitió
conseguir la adhesión de millones de personas en Europa y en Chile en particular.
Durante los gobiernos de la Concertación, un período lleno de realizaciones y
progreso económico y social de nuestro país, la DC consiguió mantener una
fuerza electoral respetable, que aseguró la institucionalidad democrática del país.
Sin embargo, las cosas cambiaron. Y en los años siguientes de DC cometió una
serie imperdonable de errores que le han llevado a la irrelevancia política. Miles de
militantes y millones de personas que votaban por la DC dejaron de hacerlo.
Desde el retorno a la democracia hasta la última elección popular, el partido de la
flecha roja perdió más de un millón de votos.
El primer error cometido, fue en el año 2014 cuando el partido aceptó integrar
junto con el Partido Comunista, la coalición llamada Nueva Mayoría, impulsada
por la ex presidenta Bachelet que como se sabe, tiene claras inclinaciones hacia
las ideas comunistas. En esa oportunidad, muchos militantes – disgustados por la
decisión adoptada – abandonaron las filas del partido.
El segundo error cometido, ocurrió con ocasión del primer proceso constitucional
del año 2022, cuando la DC acordó apoyar la opción apruebo de un texto
constitucional teórico e identitario, que buscaba refundarlo el país y que fue
rechazado por el 62% de los votantes. A raíz de este apoyo, militantes destacados
del partido, en especial integrantes de su equipo de profesionales y técnicos
renunciaron al partido.
Y ahora la DC, de manera inexplicable, en 20125, la DC comete el tercer error. La
Junta Nacional de la Democracia Cristiana, citada para resolver la cuestión
presidencial, acordó respaldar la candidatura de la candidata comunista Jeannette
Jara a la presidencia de la república dando un nuevo paso hacia su destrucción.
No es necesario insistir en algo demasiado obvio: el pensamiento ideológico y
doctrinario de la candidata comunista está en las antípodas de las ideas
humanista cristianas que debería defender – siempre – la DC.
Los errores antes señalados, le han costado caro a la DC que de ser el partido
mayoritario de la centro izquierda, ha derivado en ser un partido irrelevante, que
por olvidar su ideología y su doctrina está condenado a desaparecer.








