Por Renato Ahumada C.
Director El Cordillerano
La informalidad laboral, según el Instituto Nacional de Estadísticas, se ubicó en 27,6% en el trimestre móvil mayo-julio de 2024.
La informalidad en que trabajan miles de personas, es una verdadera tragedia
para un país. Y en Chile, ella se ubicó, según el Instituto Nacional de Estadísticas
(INE) en un 27,6% en el trimestre móvil mayo-julio de 2024. Según el INE, las
personas ocupadas informales aumentaron 5,4%, incididas tanto por las mujeres
en un 6,3% y por los hombres en un 4,6%.
Las personas que trabajan en la informalidad viven una vida precaria, aunque
puedan tener mejores ingresos hoy que las personas que trabajan en el sistema
formal. Ellas están privadas de acceso a la salud y no tendrán en el futuro una
pensión que les ayude en sus últimos años de vida. Al no poder justificar sus
ingresos, carecen además de acceso al crédito bancario.
Este es un tema que viene desde hace muchos años y que ningún gobierno ha
abordado seriamente para buscar una solución. Es cierto que se han tomado
algunas medidas paliativas para lograr la formalización de estas personas, pero
ninguna de ellas ha tenido efectos importantes que cambien la situación.
Algunos analistas, han señalado que una medida práctica para promover la
formalización, sería establecer un subsidio que permitiera a los miles de
trabajadores por cuenta propia, pequeños emprendedores y artesanos, pequeños
comerciantes e industriales, formalizar sus respectivas actividades. Podrían de
esta manera trabajar tranquilos con una patente municipal, registrarse en el
Servicio de Impuestos internos y acceder en el futuro a una cobertura previsional.
A cambio de ello, el Estado, municipalidades y el Fisco, podría recibir a cambio, el
pago de las patentes y una cuota de impuestos por la actividad que ellas realizan.
Establecer en nuestro país falta establecer una política de Estado, destinada a
incorporar a los millones de trabajadores informales a la formalidad.es una tarea
pendiente que debe abordarse a la brevedad. Sabemos que es una tarea difícil,
pero como toda política difícil, requiere fijar un norte y avanzar hacia ese objetivo.