Señor Director
El nombramiento de Monseñor Chomalí como Arzobispo de la Iglesia de Santiago
ha sido providencial. En sus primeras actuaciones y sobre todo en sus
declaraciones públicas sobre los diversos hechos que ocurren en el país, en
especial lo relacionado con la violencia, han mostrado, con claridad, una nueva
imagen de la Iglesia.
Atrás quedó la inactividad que caracterizó la gestión del anterior Arzobispo, que
nunca pudo interpretar el pensamiento de los fieles de Santiago.
Debemos agradecer al Papa Francisco por esta feliz designación
Sin otro particular, le saluda
Francisco Perez