En su cuarta intervención en la asamblea general de la ONU, el presidente Boric
se encargó de repetir las mismas posiciones políticas sesgadas que ha venido
sosteniendo en el plano interno.

De un Presidente de la Republica se espera que tenga lo que los analistas llaman
“una política de Estado”, esto es, mantener los lineamientos generales de largo
plazo que guían la acción de un gobierno, trascendiendo a las políticas de los
gobiernos de turno. Se trata de mantener posiciones políticas que requieren de un
amplio consenso, a diferencia de las políticas partidarias que son temporales.
Lejos de tener una política de Estado, Boric se transformó en un vocero de lo que
él estima son causas legítimas por las cuales es válido pronunciarse.
Una vez más, defendió la causa palestina en el conflicto doloroso del oriente
medio, sin pronunciar ni una mínima crítica al movimiento terrorista Hamas, que
con su actuar insensato el 7 de octubre de 2023 desató el infierno que hoy se vive
en la Franja de Gaza. Tampoco condenó la agresión de Rusia a Ucrania, que en
práctica le ha permitido ocupar importante suelo ucraniano.
Y en relación con América Latina, no fue capaz de condenar a Nicolás Maduro y
sus cómplices, en el proceso que culminó con el robo de las elecciones
presidenciales en Venezuela. Tampoco, dijo una sola palabra para condenar a las
dictaduras de Cuba y Nicaragua, que se mantienen desde hace ya demasiado
tiempo.
Luego, el Presidente Boric centró su discurso en presentar la candidatura de la ex
Presidenta Bachelet a la Secretaria General de la ONU. Esta presentación es
prematura e inoportuna pues hasta donde se sabe, no existe el necesario proceso
de consulta efectuado por el gobierno con otros países para calibrar si la
postulación tiene o tendrá los apoyos necesarios para lograr su éxito. Y sin
considerar que, será el próximo gobierno el que debería impulsarla.
Además, hay que señalar que Bachelet no es una persona grata para millones de
chilenos que ven en ella una figura representativa de la desunión que causaron en
el país, sus políticas de gobierno.