Estamos a fines de agosto y pronto llega septiembre con sus aires primaverales.
Entramos al último trimestre del año. ¿Cómo se vendrá la vida, desde ahora en
Adelante?. El coctel económico se ve bastante complejo. La presidenta del Banco
Central, Rossana Costa, en una reciente intervención, aseguro que el déficit de
cuenta corriente (el saldo de exportaciones sobre importaciones), ya se acerca al
8% del PIB. Eso compromete seriamente la capacidad de Chile para obtener
financiamiento barato.
En el mundo se percibe la notoria caída del régimen económico chileno. El peso
Chileno figura entre las monedas que más se han devaluado en el mundo,
durante este año. Por otro lado, la inflación anual vuelve a superar la barrera de
los dos dígitos, después de veinte y cinco años. La deuda externa se multiplica.
Chile mantiene hoy sus niveles recientes de consumos, sin producir más, y a costa
de sus reservas. Una situación que es insostenible en el tiempo. Más aún si se
considera que parte del consumo se ha sostenido con los retiros de las AFP, una
estrategia que ya se encuentra agotada.¿Resolverá este impasse el resultado el próximo plebiscito del 4 de septiembre?
Es difícil hacer un pronóstico, pero en lo que están de acuerdo casi todos los
analistas es que la discusión constitucional no se dará por terminada ese día.
Ambas opciones, Apruebo y Rechazo reconocen que las reformas aún no han sido
consensuadas, y que queda mucho por discutir y analizar. Es decir, la
incertidumbre de la economía chilena continuara. Mientras las salidas de capital se
mantienen, la baja en la formación de capital nuevo es notoria. Las cifras de
inversión privada han caído. El panorama no se ve halagüeño. Más aún si el
gobierno no muestra una agenda decidida de compromiso con el crecimiento
económico. Anuncia una nueva alza de impuestos que producirá aún más caídas
en la inversión, la productividad y en definitiva, el empleo y los salarios.
Y, aunque el Ministro Mario Marcel muestra un profesionalismo y una seriedad
acorde con la estatura de los Ministros de Hacienda de la República, en los
últimos treinta años, otras autoridades de gobierno llevan a la preocupación con
sus dichos. La declaración del Ministro de Economía, de que la inflación podía
beneficiar a una PYME, nos lleva a pensar en que algo no anda bien en La
Moneda. Muchos de los problemas del país se resuelven con un buen diagnóstico
técnico, en lo económico. Pero, es justamente eso, lo que no se ve en el horizonte
cercano. Por ahora, con la inflación creciente, las tasas de interés al alza, el
mercado hipotecario paralizado, la deuda y el déficit externo al alza, el país
ciertamente, va hacia una estanflación. La pregunta ahora es: ¿Habrá que esperar
hasta la próxima elección presidencial, para poder resolverla?