Por Christian Lomakin
Economista
Reconozco que me hecho adicto a seguir a Donald Trump.Por
diversos medios,casi todos extranjeros. En Chile,la información
sobre el personaje,me parece distorsionada.
Trump no se anda con chicas.Consciente de que su país estaba
siendo erosionado por el socialismo de la izquierda radical, y que
esas fuerzas estaban dentro del país mismo,decidió ponerse en
acción. Ya desde la crisis subprime, Trump salía en programas de
televisión,anunciando el notorio declive de EEUU.La deuda
publica siempre aumentaba,las fuerzas armadas
desmoralizadas,no recibían renovaciones de equipos y se
desgastaban en misiones erráticas como la invasión de Irak y
posteriormente Afganistán .La bolsa y el sector financiero
parecían operar sin probidad alguna.La banca se concentraba en
pocas manos y el país perdía sus más notorias
industrias,mientras la clase trabajadora veía desaparecer sus
empleos y caía en la desesperanza de los sueldos decadentes.La
inflación erosionaba el resto.Se llegó incluso a hablar del Rust
Belt,una serie de estados,cercanos a los Grandes Lagos, que
veían sus industrias languidecer y perderse.
Los atentados a las Torres Gemelas, fueron un golpe adicional a
la credibilidad del país. ¡La fortaleza invencible de América,era
ahora vulnerable! A partir de ahí,las políticas se volvieron
erráticas,y el país perdió su optimismo.Las administraciones de
Obama y Biden, no enfrentaron el problema y EE UU en un
momento pareció perder el control del mundo, en manos del
crecimiento chino y la estrategia rusa.
Trump observaba todo esto desde sus oficinas en New York.Una
ciudad que era su lugar de nacimiento,pero que se la había
vuelto particularmente hostil.Las campañas de la izquierda eran
particularmente efectivas en esta ciudad ”azul “ que hoy esta a
punto de tener el primer candidato a alcalde extrema izquierda
de su historia.Vaya paradoja!
Pero,con serena determinación del que sabe lo que hace,Trump
gana una segunda presidencia y la usa para dar vuelta, paso a
paso, el naipe político en EEUU. De una forma que nadie creía
posible, hace solo unos meses.En muchos sentidos,las políticas
de Trump revierten las de sus antecesores. Actuando con
Excecutive orders ( equivalente a nuestros decretos) Trump ha
derogado prácticamente toda la agenda valórica de la
izquierda.Ha reforzado la frontera en todos sus ángulos. Ha
deportado a miles de ilegales, enfrentado a enemigos históricos
como los iranies. Ahora, a Maduro. Con tácticas propias de la
guerra fría, bombardeo incluido.El uso tarifas,como medio de
negociación, es único en a historia de occidente.Lo malo es que
todo emana y converge hacia Trump. A pesar de tener un equipo
sólido a su alrededor,el gobierno se percibe como el asunto,y las
convicciones, de una persona. Todavía no se cumple un año.Lo
que se puede decir es que todos perciban a EEUU como un
gobierno muy diferente al anterior. Quizás el comienzo de una
era dorada, que Trump vaticinaba, con inusitado optimismo.
Pero,internamente,el país aparece dividido,con una izquierda
que domina cerca del 50% de la opinión pública.Desde el punto
de vista de votos populares su victoria fue muy estrecha. ¿Sera
el de Trump un cambio permanente o se volverá a lo que había
antes de su arribo? Es una pregunta importante,que aun no tiene
respuesta.








