Notorio…muy notorio, ha sido el silencio de Gabriel boric sobre el Premio Nobel
de la Paz que recibió la líder de la oposición de Venezuela, María Corina
Machado, por el destacado papal que ha jugado en contra de la dictadura de
Nicolás Maduro.
Hay que reconocer, en todo caso, el ministro de Relaciones Exteriores de nuestro
país, Alberto van Klaveren, a nombre del Gobierno, destacó el premio que obtuvo
la lideresa venezolana.
Al igual que Boric, los dirigentes de los partidos oficialistas también tuvieron un
silencio “curioso” frente al premio ganado por una luchadora contra la dictadura
chavista. Otros gobernantes del mundo, de línea izquierdista que se definen como
“grandes demócratas” como Pedro Sánchez de España, Inacio Lula da Silva del
Brasil, Yamandú Orsi, el nuevo presidente de Uruguay y Claudia Sheinbaum, la
presidenta de México, también han callado sin referirse al premio otorgado a María
Corina Machado.
Este silencio demuestra la incomodidad con la cual han recibido la noticia del
premio otorgado a Machado los políticos de izquierda. Han callado con un silencio
muy decidor: Condenan las dictaduras de derecha pero no las dictaduras de
izquierda.
Olvidan estos dirigentes el fraude cometido por el gobierno de Maduro que se
“robo” el resultado de la elección en la que ganó el candidato opositor, Edmundo
González Urrutia.
María Corina Machado es una mujer luchadora que desea devolver el régimen
democrático a Venezuela, que ha arriesgado incluso su vida por la liberación del
país, razón por la cual, cuesta entender el “silencio” de dirigentes de izquierda que
se dicen demócratas y que en la práctica, con su silencio, se transforman en
cómplices de la dictadura venezolana.

												






