El Diario El Mercurio, en un editorial titulado “Retroceso Portuario” pone el dedo en la llaga. Para Chile, el atraso ya crónico en el proyecto de un Megapuerto en el litoral central y la competencia que significará para los puertos Chilenos el megapuerto peruano de Chancay, que iniciara sus labores el año 2024, no es algo menor.       

Este atraso, sin embargo, es solo el síndrome de un fenomeno más amplio, aparente en el ùltimo lustro: el darle las espaldas al Oceano Pacífico. Lejos están los tiempos de los noventa en que Chile hizo de pionero en el Asia-Pacifico, abriendo brecha en la APEC, posicionando a Chile en la zona más dinamica y de mayor crecimiento en el mundo, e instalándose como país-puente al Asia.
En el paso reciente, Chile descartó los corredores bioceanicos, (al MOP más que grandes obras que constribuyan al desarrollo, le interesan proyectos superfluos como autopistas urbanas); canceló el proyecto de un cable de fibra óptica de Valparaíso a Shanghai; dilató todo lo que pudo ratificar TPP11; y dió pocas señales de querer mantener vigente el liderazgo latinoamericano que alguna vez tuvo en Asia.
Más allá de los gobiernos de turno, lo que Chile transmite es un creciente desinteres en Asia-Pacífico.
Ello no ha pasado desapercibido en países vecinos, que en eso no se pierden. En momentos en que muchos aducen que éste será el siglo del Asia ello resulta paradojal. ¿es que seremos eternamente en la frase de Anibal Pinto,” un caso de desarrollo frustrado”?