Uno de los hechos más lamentables de la política chilena, lo constituye el hecho de que la Democracia Cristiana haya perdido totalmente el rumbo. La DC chilena siempre fue un partido que aglutinó a numerosos y destacados profesionales y técnicos, empleados, muchas mujeres, jóvenes universitarios, pobladores y muchos pequeños empresarios. También militaron en sus filas destacados empresarios del país de pensamiento progresista.

Poco a poco, la DC dejo su lugar en la centro izquierda para adoptar posturas de ultra izquierda que le significaron perder un millón doscientos mil votos entre la primera elección parlamentaria después del regreso a la democracia y la última elección parlamentaria.

Las posturas de ultra izquierda significaron que destacados militantes fueran poco a poco abandonando las filas del partido de la flecha roja. Los primeros fueron Soledad Alvear, Gutenberg Martínez y Mariana Aylwin y con ellos miles de militantes de todo el país. Los últimos en renunciar fueron los gobernadores regionales Claudio Orrego y Patricio Vallespín y los senadores Ximena Rincón y Matías Walker, luego de largos años de militancia.

Los Senadores Rincón y Walker en un acto en la Confitería Torres, expresaron sus diferencias con la política del partido de Alameda 1460. Y anunciaron que trabajarán por constituir un nuevo movimiento político: el Partido Demócrata.

El Senador Walker, hermano de un ex presidente de la DC expresó en la oportunidad: “Un partido que mira al siglo XXI no puede ser un rebaño que sigue a una directiva que no quiere escuchar el mensaje de sus militantes, ni de la ciudadanía, y cuya máxima expresión de desconexión con el país se expresó el 4 de septiembre pasado”. La Senadora Rincón por su parte declaró: “hemos decidido, después de una profunda reflexión, renunciar al Partido Demócrata Cristiano y trabajar activamente por encontrar soluciones a las preocupaciones de los hombres y mujeres de nuestra patria”