Por César Rebolledo Aragón
Este 15 de diciembre, celebramos con sincero reconocimiento el septuagésimo
aniversario de la Confederación Nacional de Dueños de Camiones de Chile
(CNDC), entidad que ha dejado una marca indeleble en la historia del transporte
de carga por carretera en nuestro país.

Y el día, no es simplemente una fecha de conmemoración, sino un tributo
merecido a la ardua labor, la tenacidad y la dedicación de la gran familia
camionera que ha estado tejiendo su legado desde 1953. A lo largo de estas siete
décadas, la CNDC ha desempeñado un papel crucial en el desarrollo y la
organización de un sector vital para la economía chilena.
Resulta importante destacar el papel que la CNDC ha tenido en la consolidación
de la industria, uniendo a transportistas para formar una entidad colectiva. Esta
confederación no solo ha representado a un gremio, sino que ha encarnado la
esencia de una comunidad unida por la pasión y el compromiso con el servicio.
Resulta impresionante contemplar cómo la familia camionera ha contribuido con
un 5% al Producto Interno Bruto, generando empleos para 250.000 personas y
desempeñando un papel vital en diversas áreas productivas de nuestra nación.
En este aniversario, es imperativo reconocer y valorar la dedicación, colaboración
y el esfuerzo conjunto de la gran familia camionera, actores  esenciales para el
crecimiento y desarrollo del sector. La CNDC ha sido un pilar relevante en la
promoción de la actividad en Chile, y su contribución ha trascendido los límites de
su gremio, impactando positivamente en la sociedad en su conjunto.
Que estos 70 años de logros sirvan como testimonio de la fortaleza y la unidad de
la CNDC. Extendemos nuestros mejores deseos para el futuro, esperando que
esta celebración sea un momento de regocijo y satisfacción para cada camionero
y camionera, en cada rincón de nuestro país, quienes con su labor diaria han
forjado un legado que seguirá resonando en las carreteras de Chile por muchas
generaciones más.