La próxima visita presidencial a China está en el candelero. ¿Cuál debe ser la
agenda? Dado el énfasis en los derechos humanos en la política exterior de este
gobierno, una pregunta es cómo debe el Presidente Boric abordar el tema de la
situación de los derechos humanos en China.

Para algunos, el Presidente, que ha sido muy crítico con las violaciones de los
derechos humanos en Nicaragua, debería serlo por igual con China. Esto asume
que la política exterior se hace en base a moldes hechos, utilizando el mismo para
todos. Esto no es así.

Chile y China tienen ya un acuerdo establecido para tratar temas de derechos
humanos, y este es de hacerlo en los organismos multilaterales correspondientes,
y no en los encuentros bilaterales. Lo que Chile debe hacer es capitalizar su
condición de ser el primer país sudamericano en establecer relaciones
diplomáticas con China, y el primer país individual en firmar un TLC con China, y
su relación privilegiada con esta gran potencia, nuestro mayor socio comercial.
Desde la firma del TLC en 2005, el comercio bilateral se ha octuplicado, llegando a
65 mil millones de dólares. Un 40% de las exportaciones de Chile van a China. En
2019 y en 2021 China fue también la mayor fuente de inversión extranjera en
Chile. En China, la visión predominante es que Chile es un país pionero en
América Latina, activo que debe ser cuidado y valorado.

El secreto del éxito de Chile en estos últimos 30 años ha radicado en nuestra
“diplomacia de desarrollo” (concepto muy asociado al actual Canciller, Alberto van
Klaveren), esto es, el potenciar nuestros lazos con el resto del mundo para el
progreso y crecimiento. ¿Cómo industrializar el litio? ¿Cómo realizar joint
ventures con empresas chinas para refinar el cobre? ¿Cómo asociar a Chile al
RCEP, el mayor acuerdo comercial del mundo, y del cual China es miembro
clave? ¿Cómo potenciar nuestra condición de “Chile, País Digital”, de la cual tanto
nos ufanamos?

Después de una década de crecimiento mediocre de nuestra economía, esos son
los temas claves en la agenda entre Chile y China, y no otros. Y se da la
oportunidad de reponer un gran proyecto, desahuciado en 2019, pero que ha
adquirido nueva vigencia: el del cable de fibra óptica de Valparaíso a Shanghái.

Este proyecto fue presentado por Chile a China en 2016, firmándose un
memorándum de entendimiento, y haciéndose un estudio de prefactibilidad. Sin
embargo, sucumbiendo a presiones de Washington, el proyecto fue abandonado

por el gobierno del Presidente Piñera, reemplazándolo por un cable a Australia,
que nadie necesita. Ese proyecto (“Humboldt”) ahora se ha quedado sin
financiamiento y es inviable. Es el momento preciso de reponer el proyecto del
cable Valparaíso-Shanghái, que sería el primero en cruzar el Pacífico Sur, que
vendría a llenar un gran vacío y convertiría a Chile en la puerta digital de Asia a
Sudamérica. Como dice el saber popular, “la oportunidad la pintan calva”.